jueves, 6 de noviembre de 2008

EL GALGO ESPAÑOL: RAZA E HISTORIA


RAZA E HISTORIA

STANDARD DE LA RAZA: El galgo español es originario de una antigua fusión genética entre lebreles de raza celta y árabe.

Presenta una silueta musculada y elegante: pecho profundo, costillas curvadas, dorso largo y vientre recogido.

La cabeza es larga y estrecha, de stop poco marcado y una trufa prominente. Las mandíbulas también son largas y los labios delgados. Ojos oscuros y muy vivos. Orejas hacia atrás. Miembros musculosos y cola larga y fina, llevada baja. Pelaje: corto, apretado, fino y lustroso. Color: Canela, castaño, rojizo, negro y blanco, uniforme o combinado.

Educar a un Galgo español no supone demasiado esfuerzo, pero sí un gran despliegue de cariño y comprensión.Su pelaje corto y apretado, en ocasiones duro, requiere un aseo mínimo. Se adapta perfectamente a cualquier entorno y clima, siendo feliz junto a su dueño sin importarle el entorno que le rodee. Se trata de unos perros obedientes y tranquilos, muy cariñosos y participativos con la familia. Con sus dueños son fieles y llegan a ser muy dulces.(la mirada de un galgo es única).Son rústicos y resistentes y demuestran tener una gran iniciativa y mucho tesón.

....SIN DUDA UN GRAN COMPAÑERO....

..SU GRAN VELOCIDAD ES SU DESGRACIA..

Cazadores y Aficcionados a las carreras, personas sin escrupulos, se aprovechan de esta característica del animal para explotarlo de las formas más crueles que se puedan imaginar, y cuando no sirven ni para correr ni para cazar les espera la peor de las suertes.

HISTORIA: Se algún la historia cinegética española nuestro galgo, casi podemos asegurar que desciende del Vertrades Romano, que a su vez es descendiente del Lebrel Egipcio, por lo que no es de extrañar su parecido a los históricos perros faraónicos que se representaban en las suntuosas tumbas egipcias. La única diferencia destacable es la situación de las orejas, mientras que los antiguos perros egipcios ostentaban unas orejas erguidas, el galgo las luce adosadas contra el cráneo en forma de rosa.

Antaño era considerado una raza de élite, un perro aristócrata, (tiempos mejores), y tener un galgo como animal de compañía era reflejo de prosperidad y bienestar.

Hoy en día en España es raro ver a un galgo con su dueño paseando por la calle, cuando realmente son un auténtico regalo como animal de compañía.

Han tenido la mala suerte de caer en manos de "grupos" (por no llamarles otra cosa) que exprimen su vida cruelmente y cuando ya no les sirven les procuran la muerte más desagradable que se pueda imaginar.

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